domingo, 27 de julio de 2014

EMPRENDIMIENTO GRADO ONCE TERCER PERIODO TALLER 1

ELEMENTOS PARA SER UN  EMPRENDEDOR EXITOSO



ACTIVIDAD 1

fecha de entrega
14 de agosto de 2014
Para resolver en su cuaderno: 1.  Escriba un concepto propio sobre que es un emprendedor. 2. Elabore una tabla donde estipule los elementos a tener en cuenta para ser un emprendedor exitoso, cada elemento con sus contenidos. 3 Lea el cuento “LA ISLA DE LAS DOS CARAS” haga una historieta de 10 escenas en octavos de cartulina. 4. Describa en que momento del cuento los emprendedores utilizaron cada una de las cualidades  para tener éxito.5. Haga un crucigrama con el tema, para ello elabore 10 pistas horizontales y 10 verticales, debe entregar un formato lleno y el otro vacío, este lo debe realizar en excel. 6. Haga una tabla comparativa entre los dos personajes Naru y Ariki, donde describa cada una de los elementos del emprendedor exitoso en  cada uno de ellos, que los diferencia de los demás miembros de la tribu.

Un emprendedor está en capacidad de hacer realidad una idea concreta de negocio de manera sostenible y que genere nuevos empleos. Quien elige este camino probablemente encontrara riesgos y obstáculos , pero aun así confía plenamente en su capacidad de innovación constante. Se trata de atreverse a ser diferente, a mostrarle al mundo sus ideas, con las cuales aportara al desarrollo de la sociedad.

PARA SER UN EMPRENDEDOR EXITOSO DEBO TENER:
  •     AUTOESTIMA:   Debe creer en sí mismo y aunque enfrente muchos retos, debe                                              confiar en que triunfara.
  •       HABILIDADES DE GESTIÓN: Debe ser altamente ordenado, con capacidad para                                         organizar los diversos recursos e inspirar una visión de negocios                                         al equipo de  trabajo.
  •  ALTA CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN A LOS CAMBIOS: La flexibilidad del                                          emprendedor es parte primordial para el éxito.

  •  CURIOSIDAD: Debe ser capaz de ver algo más allá de lo obvio y buscar respuestas,                                   preguntarse cómo funcionan las cosas.



                            PARA SER UN EMPRENDEDOR EXITOSO DEBO SER:



CONSTANTE: Alcanzar los objetivos planeados no es fácil, debe esforzarse  y no            desanimarse aunque encuentre obstáculos en el camino.

           ARRIESGADO: Tiene que salir de la zona de comodidad que le proporciona un sueldo                                          seguro y lanzarse a una aventura difícil de recorrer.


           UN TRABAJADOR INCANSABLE: Olvide las jornadas laborales, el emprendedor le                                                                               dedica todo el tiempo posible a su proyecto.

           PLANIFICADOR: Cada vez que necesite enfocar sus esfuerzos, debe planificar. Esto                                               lo puede realizar de distintas formas.

           PROACTIVO: La proactividad  implica una iniciativa constante, ser organizado y                                                ordenado con los recursos, apostándole a la persecución de los objetivos.


ADEMAS DEBO TENER LAS SIGUIENTES CUALIDADES:

1. Mucha energía: Pareciera que los emprendedores están en constante actividad y no tuvieran descanso. Siempre están dándole vueltas a sus ideas y buscando formas de mejorar sus estrategias y negocios.
2. Es persuasivo: Un emprendedor lleva en su sangre la capacidad de persuasión con argumentos precisos. Podrá decirte qué es lo que necesitas y por qué lo necesitas de manera exacta. No tiene miedo a hablar con distintos tipos de persona. Tiene sus ideas tan claras que no vacila a la hora de presentarlas.
3. Es ingenioso: Las ideas fluyen sin parar de la mente de un emprendedor. Siempre encuentra una forma de resolver un problema de la manera en que otros ni se imaginarían.
4. Actitud ganadora: Tiene la gran capacidad de mantener la calma incluso en momentos complicados. Sabe ver las OPORTUNIDADES, reconocer las fallas y todo lo toma como una lección de donde extrae un aprendizaje.
5. Es seguro: A pesar de los mil problemas que pueda enfrentar, un emprendedor es seguro de sí mismo. “Si pasas por una situación difícil y te quedas paralizado, quizá no sea buena idea que tengas un negocio propio”.
6. Es oportunista: Pero veamos esta cualidad desde un punto de vista positivo. No es aquel que trata de sacar provecho con malas intenciones, sino que simplemente, un emprendedor siempre ve OPORTUNIDADES donde otros no las ven y está preparado a tomar acción en estas ocasiones.
7. Aprende de sus errores: Esta es una de las características que más define a un emprendedor, la capacidad de aprender para no volver a cometer las mismas fallas. Analiza sus conductas, reconocen sus equivocaciones y toman acciones correctivas.
8. Es analítico: Su cerebro trabaja 24/7. No hay forma de parar ese flujo de ideas que emergen de su cabeza. Cualquier noticia a través de la radio o la televisión, cualquier situación que vea en la calle, él la tomará como una herramienta, una oportunidad, una solución.
9. Sabe  comunicar: Es un comunicador innato. Es firme y directo al hablar.
10. Es luchador: Llevan el dicho de “Si te caes 7 veces, levántate 8” bien grabado en la mente. A pesar que no todas las ejecuciones de sus ideas resultan de la manera esperada, no se da por vencido. Aprende sobre aquello que no funcionó y vuelve a empezar de cero.
Dicen que los emprendedores que llegan a ser exitosos nacen con ciertas características diferenciales. Esto quizá sea cierto. Pueden existir ciertas cualidades innatas que faciliten el camino al emprendimiento; pero nosotros creemos que desarrollando habilidades, corrigiendo actitudes y capacitándose de la manera correcta, un emprendedor novato y perseverante puede llegar a ser muy exitoso.
LA ISLA DE LAS DOS CARAS


La tribu de los mokokos vivía en el lado malo de la isla de las dos caras. Los dos lados, separados por un gran acantilado, eran como la noche y el día. El lado bueno estaba regado por ríos y lleno de árboles, flores, pájaros y comida fácil y abundante, mientras que en el lado malo, sin apenas agua ni plantas, se agolpaban las bestias feroces. Los mokokos tenían la desgracia de vivir allí desde siempre, sin que hubiera forma de cruzar. Su vida era dura y difícil: apenas tenían comida y bebida para todos y vivían siempre aterrorizados por las fieras, que periódicamente devoraban a alguno de los miembros de la tribu.
La leyenda contaba que algunos de sus antepasados habían podido cruzar con la única ayuda de una pequeña pértiga, pero hacía tantos años que no crecía un árbol lo suficientemente resistente como para fabricar una pértiga, que pocos mokokos creían que aquello fuera posible, y se habían acostumbrado a su difícil y resignada vida, pasando hambre y soñando con no acabar como cena de alguna bestia hambrienta.
Pero quiso la naturaleza que precisamente junto al borde del acantilado que separaba las dos caras de la isla, creciera un árbol delgaducho pero fuerte con el que pudieron construir dos pértigas. La expectación fue enorme y no hubo dudas al elegir a los afortunados que podrían utilizarlas: el gran jefe y el hechicero.
Pero cuando estos tuvieron la oportunidad de dar el salto, sintieron tanto miedo que no se atrevieron a hacerlo: pensaron que la pértiga podría quebrarse, o que no sería suficientemente larga, o que algo saldría mal durante el salto... y dieron tanta vida a aquellos pensamientos que su miedo les llevó a rendirse. Y cuando se vieron así, pensando que podrían ser objeto de burlas y comentarios, decidieron inventar viejas historias y leyendas de saltos fallidos e intentos fracasados de llegar al otro lado. Y tanto las contaron y las extendieron, que no había mokoko que no supiera de la imprudencia e insensatez que supondría tan siquiera intentar el salto. Y allí se quedaron las pértigas, disponibles para quien quisiera utilizarlas, pero abandonadas por todos, pues tomar una de aquellas pértigas se había convertido, a fuerza de repetirlo, en lo más impropio de un mokoko. Era una traición a los valores de sufrimiento y resistencia que tanto les distinguían.
Pero en aquella tribu surgieron Naru y Ariki, un par de corazones jóvenes que deseaban en su interior una vida diferente y, animados por la fuerza de su amor, decidieron un día utilizar las pértigas. Nadie se lo impidió, pero todos trataron de desanimarlos, convenciéndolos con mil explicaciones de los peligros del salto.
- ¿Y si fuera cierto lo que dicen? - se preguntaba el joven Naru.
- No hagas caso ¿Por qué hablan tanto de un salto que nunca han hecho? Yo también tengo un poco de miedo, pero no parece tan difícil -respondía Ariki, siempre decidida.
- Pero si sale mal, sería un final terrible – seguía Naru, indeciso.
- Puede que el salto nos salga mal, y puede que no. Pero quedarnos para siempre en este lado de la isla nos saldrá mal seguro ¿Conoces a alguien que no haya muerto devorado por las fieras o por el hambre? Ese también es un final terrible, aunque parezca que nos aún nos queda lejos.
- Tienes razón, Ariki. Y si esperásemos mucho, igual no tendríamos las fuerzas para dar este salto... Lo haremos mañana mismo
Y al día siguiente, Naru y Ariki saltaron a la cara buena de la isla. Mientras recogían las pértigas, mientras tomaban carrerilla, mientras sentían el impulso, el miedo apenas les dejaba respirar. Cuando volaban por los aires, indefensos y sin apoyos, sentían que algo había salido mal y les esperaba una muerte segura. Pero cuando aterrizaron en el otro lado de la isla y se abrazaron felices y alborotados, pensaron que no había sido para tanto.
Y mientras corrían a descubrir su nueva vida, pudieron escuchar a sus espaldas, como en un coro de voces apagadas:
- Ha sido suerte
- Yo pensaba hacerlo mañana
- ¡Qué salto tan malo! Si no llega a ser por la pértiga...
Y comprendieron por qué tan pocos saltaban, porque en la cara mala de la isla sólo se oían las voces resignadas de aquellas personas sin sueños, llenas de miedo y desesperanza, que no saltarían nunca...




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